¿Que puede salir mal?

Le rodearon la manzana al presidente. Los gobernadores, el Círculo Rojo, los mercados, Insaurralde apoyado por Maximo, algunos medios, presionaron y Sergio Massa llegaría a un superministerio.

Silvina Batakis llegó hace 24 días, viajó a Estados Unidos, habló con gente del FMI, Wall Street, empresarios. Aseguro cinco veces que contaba con el apoyo de Cristina. Mientras regresaba en el avión, se enteró que no era más ministra.

Cristina pide a Capitanich como jefe de gabinete, pero los gobernadores apoyan la continuidad de Mansur.

La vicepresidenta quiere que se vayan Vilma Ibarra y Moroni, los dos alfiles que le quedan a Alberto.

Con esta apretada síntesis, uno se da cuenta que nada puede salir mal y está todo bajo control.

La llegada de Massa con todo el poder indica que el papel de Alberto será prácticamente decorativo.

Todo es gris, mediocre.

La tragedia planera es un factor político.

Se burlan en las redes que nunca van a trabajar mientras cobren 50.000.- pesos de subsidios.

El presidente en un discurso los avala. “El enemigo son los que creen en la meritocracia”. “Son individualistas”.

En la disertación se apunta a niveles para abajo. Cursarán otra vez solo las materias que no aprobaron.

Embrutecer es la consigna, si razona el caballo se acabó la equitación.

En 1974, viajamos en el chárter del ministro de economía Gelbard a Rusia, Checoslovaquia, Polonia y Hungría. En este último país, estuvimos varios periodistas hablando con el equipo económico.

La pregunta clave : ¿cómo hicieron para casi triplicar la producción de alimentos en 4 años?

La explicación fue simple. “Hablamos con las cooperativas, y les dijimos, tienen 1.000 hectáreas y no avanza la producción hace años”.

Entonces, vino la propuesta : “Si ustedes duplican la producción en 900 hectáreas, les dejamos 100 para que las negocien por su cuenta en los mercados”.

“En un año, se duplicó, y en las 100 hectáreas libres, fue impresionante y variada la producción de todo tipo de alimentos”

La motivación era clara.

¿Es tan difícil darse cuenta?

¿Todavía creen que prepararse y estudiar para competir en la vida es pecado?

¿Si todos recibimos subsidios y nadie va a trabajar, como hacemos para pagarles?

A lo mejor se pide demasiado. Nos referimos a que alguien en el poder piense, razone, tome decisiones lógicas.

Pero es imposible. En la semana, se alentaba la violencia y se aceptaba que el sábado fueran a La Rural.

A la mañana los discursos eran incendiarios, a la tarde a través de una circular del Banco Central, se creaba la posibilidad de que los productores liquiden parte de sus granos y destinar los pesos a comprar dólares al valor del dólar tarjeta hasta por el 30 % de la operación.

El “dólar soja”, de Pesce, el presidente del Banco Central es muy distinto al que planeaba Sergio Massa si llegaba a la jefatura de gabinete. Este era más favorable al campo.

Pero, se movió La Campora y hablaron con Cristina. La desconfianza ganó terreno. Entonces apareció como candidato a la jefatura de gabinete, Capitanich.

El hombre que rompía los diarios con desprecio delante de las cámaras de televisión. El mismo que lloró cuando abrió una canilla en el Chaco y salió agua.

En este esquema, las tasas de interés van por detrás de la devaluación que fija el Banco Central y la tasa de devaluación, a su vez, crece por debajo de la inflación.

Todo teñido de la peor política.

Por eso se demora Vaca Muerta y el gasoducto, se desalientan inversiones, y ni siquiera llegan los 500.- millones de dólares de crédito del BID para obras de infraestructura vial y la salud pública.

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Claver Carone, señaló: ”No se le puede prestar a Argentina porque supone un riesgo financiero, son insolventes, no tienen ni integridad, ni transparencia”. Eran 500.- millones de dólares. Intervino el departamento de Estado y fueron 200.- millones.

Varios funcionarios argentinos estuvieron trabajando en las sombras para provocar la renuncia del presidente del BID. No pudieron. Además las maniobras siempre fueron pueriles, simples y previsibles. En definitiva, salió caro.

La única verdad, es la realidad.

Las crisis financieras cambiaron, necesitan planes integrales y tres puntos clave: como reaccionar para que las medidas superen las expectativas; utilizar instrumentos de fácil comprensión para la gente y ejecutar rápido.

El Financial Time, tituló : “Argentina, la confianza se está evaporando”.

Llega Massa, que tiene contactos en EEUU.

¿Qué pasará ahora con los Grabois y Menendez de la vida?