Somos bomberos, no arquitectos.

Una frase de Sergio Massa resume todo lo que está pasando. Para explicar lo que hace el gobierno en apretada síntesis, apenas cuatro palabras.

Le preguntaron; “Hay un plan anti inflacionario? ¿Van a hacer algo con la falta de inversiones? ¿Viene una recesión profunda?

El ministro los miró y dijo: “Somos bomberos, no arquitectos”.

Ya esta, no pidamos peras al olmo, como decían los antiguos.

Esto es lo que hay.

Hoy, hay que defender como sea, la cantidad de dólares que se consiguieron en septiembre. Tratar de mejorar un poco los números de la inflación, cuantificar las tarifas mientras vuelan al 100 % las paritarias.

Tienen que emitir 40 % para pagar la deuda en pesos y otro 50 % por la dinámica del gasto.

Hay algo que el gobierno nunca podrá comprar: credibilidad. Se necesita autoridad política, y no existe.

Los propios ministros en conversaciones con los periodistas dicen: “Es inútil hablar con el presidente”. “No se resuelve nada y se pierde tiempo”. “Está en otra cosa”.

En el gobierno no se coordina ni actúa.

Cuando le preguntaron a Massa, si la frase de Cristina para frenar el precio de los alimentos lo había condicionado, fue muy claro: “Todo eso es jueguito para la tribuna”. “No voy a endurecer los controles de precios”. “Eso fracaso siempre”.

El único problema que tuvo el ministro fue una frase que fue muy mal recibida por el núcleo duro K. en medio de la crisis por los neumáticos, señalo, que si el conflicto continuaba, “importare neumáticos”. Hasta tal punto que Parrilli le expresó: “Si haces eso, te echamos a la mierda”. “Eso es menemismo puro”. Cristina: “Ni se te ocurra abrir la economía”

La inflación los pone nerviosos. Pero más que la suba de precios, alarma la falta de autoridad.

Todo esto, pasa en una Argentina enferma y cerca de la anarquía.

Los mapuches corren a los gendarmes a los tiros. Anibal Fernandez, como el general Arais en la etapa carapintada demora todo lo posible una reacción.

La barra de Talleres de Córdoba, corre a los tiros a los piqueteros que le bloquean la ruta.

Ocupan escuelas en la ciudad.

Acampe en la 9 de julio.

Breve resumen de 15 días, donde el Estado esta ausente.

Son relatores del Estado presente.

Pero resulta que no participan, eluden los conflictos o problemas, tratan de demorarlos a ver si se solucionan con el tiempo.

Hacen banderazos de la intervención del Estado, pero nunca esta donde se necesita.

No quieren problemas.

No garantizan la seguridad.

¿Alguien cree que es gratis?

La dinámica está lanzada.

Varios gremios poderosos van por el 100 % de aumento en el año.

Frente a la inflación, es lógico. Todos están a la defensiva.

¿Qué se podía esperar?

Ahora, los que pierden son el 38 % de los trabajadores en negro, monotributistas, los que realizan changas. Esa es una de las razones por las cuales aumentó la indigencia en el país.

Massa llegó para que el gobierno termine el mandato.

Varias cosas que no se pueden alterar

Uno: no se puede atrasar más el dólar oficial frente a la inflación.

Dos: si no bajan la emisión, la inflación nunca bajará del 6 % mensual.

Tres: el piso de ganancias no se puede mantener en 280.000.- pesos.

En todas las encuestas predomina la desesperanza y el desánimo. Se acelera la carrera de precios y salarios. Lo peor, notan que falta alguien en el timón.

Se puede soportar cualquier cosa, a menos que no se sepa quien está a cargo.

Está creciendo el enojo.

El gobierno, Massa y todos los políticos rezan para que el Mundial de Fútbol llegue lo más rápido posible.

Mientras tanto le avisaron a Massa. “ El ajuste es para todos, pero la plata en la provincia de Buenos Aires no solo se mantiene sino que se aumenta. Será el bastión a defender en el 2023.