En caída y en plena decadencia.

Lo que quedó claro es que no hay plan, ni proyecto. “Para ganar este partido tenemos 6 meses”, así lo explican en la Casa de Gobierno. Todo lo que se va  hacer es para ir tirando y llegar a octubre. Están perdidos enero, febrero y marzo, con una inflación  promedio del 4 % mensual. Eso, señalan, no puede continuar porque se pierde. Noviembre y diciembre no interesan. La clave, abril – septiembre. Entonces, afuera el FMI, congelar el dólar y tarifas. Suba de salarios y represión con los precios. Sancionar públicamente a algún empresario y llevarlo a la Justicia. Eso vende. No hay horizonte. Solo el corto plazo. “Si decimos lo que hay que hacer perdemos”. Es muy difícil que alguien invierta en el país. El material del discurso del presidente en definitiva es más para un análisis psicológico que económico. ¿Por qué postergan todo el trabajo de Guzman? La razón es sencilla : no tienen ninguna posibilidad de presentar un programa más o menos razonable. Para la tribuna anuncian que van a judicializar el préstamo del FMI. El acuerdo se hizo porque el Artículo 60 de la ley de Administración Financiera, habilita a tomar deuda con organismos internacionales sin necesidad de pasar por el Congreso. Los organismos son el Banco Mundial, BID y el FMI. No lo autoriza para préstamos personales. Esto se consiguió, hace días, cuando se aprobó una ley que ahora exige que se pase por el Congreso, para ser aprobado. El empleo público avanzó a una tasa anual del 5,5 %. El privado a 1,2 % anual. Crecio el empleo en negro, cuentapropistas y autónomos. Frente a la decadencia viene la caída del empleo privado de calidad. Un estudio sobre Brasil de La Cámpora indica : “Lula sacó de la pobreza a 30 millones de habitantes”. “ Esa gente dejó de buscar planes y encontró trabajo”. El problema, no lo votaron más. Al margen de los discursos, en los que nadie cree. Incluso, entre los escépticos de sus propias palabras, se encuentran los políticos. La realidad se impone. Un sector del peronismo, tiene centrado su poder en el conurbano bonaerense, desde el Senado, su jefa, maneja los hilos del gobierno. ¿Cómo consiguieron su base de sustentación? Con el aumento de la cantidad de gente que vive en la pobreza. Todos los años aumenta la cantidad de dinero que la Argentina destina a programas sociales. Datos oficiales muestran que el 52 % de la población recibe un cheque del Estado. Puede ser un subsidio económico, un plan social, una transferencia alimentaria, sueldos nacionales, provinciales, municipales, etc. Al concluir el gobierno de Macri, la ayuda llegaba al 42,8 %. En el 2010 eran el 24,4 % los que recibían un cheque del Estado. En total son 22 millones de habitantes que obtienen un plan social, montos por AUH y otros. Hay que sumar un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentina (Idesa) donde se indica que el 60 % de las personas que reciben planes asistenciales carecen de preparación para acceder a un empleo formal, ya que no concluyen la escuela media. Estas son las razones por las cuales en el Instituto Patria no creen en las encuestas. Cuando en la actualidad se mide que solo el 34 % apoya al gobierno de Alberto. Los dirigentes de La Cámpora insisten que son “sensaciones del momento”, pero a la hora de los votos, los que reciben ayuda del Estado, nos van a votar.”. El avance hegemónico de un sector, el más ambicioso, el que quiere ordenar la Justicia para salvar a sus dirigentes de la cárcel quiere ganar para transformar de manera radical las raíces del país. Ellos tienen desde los 70 un plan, y piensan, que llegó el momento.