Lo que pareció un error grosero era un último examen.
Alberto Fernández el miércoles último amenazó “sutilmente” con nombre y apellido a varios jueces federales. “Tendrán que dar explicaciones por sus fallos cuando cambie el gobierno”
La corporación judicial se indignó. Nadie había llegado tan lejos.
Pero el mensaje era hacia adentro. Era la prueba de fidelidad que pedía Cristina para entronizar a Fernández como candidato a presidente.
¿Por que ella va como vice? Muy simple. Sigue la lógica de Perón.
“El hombre es bueno pero si se lo vigila es mucho mejor”