Un país surrealista.
Un gobierno que perdió las elecciones por 8 puntos en todo el país, pero dice que gano, organiza un acto multitudinario para festejar y le pide a la oposición, que firme y se haga cargo también del ajuste que viene.
La marcha del miércoles estaba programada antes de las elecciones. La CGT y el Movimiento Evita contra La Cámpora. Pero, gracias al resultado, que fue mejor de lo esperado, la invitaron a participar.
En la CGT señalaron : “Queremos un presidente que no dependa de Cristina”. “Ella se aísla de un acuerdo con el FMI, entonces, es el momento”.
El turco Jorge Asis lo definió así : “Doctora, de la revolución imaginaria, a la victoria imaginaria”.
No puede extrañar. Duhalde señaló que estábamos condenados al éxito. Anibal Fernandez, que la seguridad era una sensación y que en Alemania había más pobres que en Argentina. La anterior ministra de seguridad, Frederic, dijo que era mas divertido vivir en Argentina, con los robos y asaltos, muertes y violaciones que en Suiza que no pasa nada, es muy aburrido.
En síntesis, tenemos varios éxitos de taquilla, no podía faltar la marcha festejando la derrota.
Gabriel Garcia Marquez tendría argumentos para varias historias.
Todo se hizo, con una sobreactuación fingida para evitar otra carta “bomba” de Cristina, pasando facturas que hiciera volar por el aire a otro gabinete.
Los intendentes del Bs. As. se sienten los dueños de la reacción en el conurbano.
Desplazaron a Kicillof y recorrieron como nunca casa por casa para dar vuelta o mejorar el resultado de las PASO.
Ahora quieren que veten la ley que les impide un tercer mandato. O una reinterpretación por la cual dos mandatos contarían desde 2019.
¿Qué plan económico tiene el gobierno?
Nadie lo sabe, ni siquiera Guzman.
Explican que habría una ley en línea con el presupuesto que se envía todos los años al Congreso. Pero en este caso sería para el largo plazo.
Por supuesto se hablará y se escribirá sobre inversiones, gasto público, déficit fiscal.
Pero la clave es otra. De eso no se habla.
El gobierno le va a decir a la oposición : “Hay que bajar el déficit, pero el gasto no se toca”.
La oposición le va a decir : “ No vamos a permitir que suban más impuestos”.
Alguien pregunta : ¿y entonces?
Entonces, la única salida es licuar el gasto con más inflación.
Si no se puede ir por el lado del gasto, no se pueden poner más impuestos porque no es tolerable, inevitablemente es la inflación .
El 50 % del gasto indexado viene por el lado de las jubilaciones. Conclusión, van a volver a perder los que están en el sistema previsional.
Por esa razón, este año, con tarifas, combustible y dólar estrictamente vigilados la inflación está en el 50 %. Para 2022, el cálculo de todos los especialistas apunta a un 70 %.
En la oposición antes de sentarse a conversar preguntaran : ¿Qué opina Cristina?. ¿Está de acuerdo en el ajuste?. ¿Va a mantenerse en silencio esperando que los costos los pague el presidente?
Algunos dirigentes de la oposición hablan del “abrazo del oso”.
Todos recuerdan lo que pasó con Antonio Cafiero a fines de la década del 80.
Pacto con Alfonsin una reforma constitucional y después le apoyó medidas para salir de la crisis económica.
Eso lo llevó al fracaso. No pudo ser reelecto y Carlos Menem triunfó en las internas del Partido Peronista. Es complicado pactar en la Argentina, cuando todas las decisiones que hay que tomar son tóxicas.
¿Quién le pondrá la firma al aumento de tarifas?
En el Presupuesto se indica que los subsidios a la energía bajarán entre 1,5 % y 1,8 % del PBI en el 2022. El Fondo pide achicar ese gasto, que este año llega a 10.000.- millones de dólares.
La suba de tarifas estaría entre el 30 y 50 % mínimo.
Cuando el ministro Guzman quiso aplicar un aumento, un subsecretario, con apoyo de Cristina, lo impidió.
Los acuerdos necesitan puntos mínimos de coincidencia.
Hoy no existen.
Los problemas mayores comienzan con el lenguaje. Habría que tomar el diccionario y fijarse en el significado de las palabras.
No es tan difícil.