Lo que frenó la inflación fue el ancla fiscal, no el freno al dólar. No emitir para gastar.
Marina Dal Poggetto lo definió así: “Hace un año que el ebrio dejó de tomar, ahora hay que evitar las recaídas.”
Durante décadas, la política buscó desesperadamente la botella. En el Congreso, solo se les ocurre una cosa: gastar, sin explicar cómo conseguir los fondos. Hubo un festival de empleo público, jubilaciones sin aportes, pensiones de favor, subsidios a servicios, planes sociales y deuda financiera, como las Lebac del Banco Central, que llegaron a 24 billones de pesos. Reducir esa carga no era fácil.
Ahora se necesita el ingreso de inversiones para que vuelva el empleo en blanco, que desapareció durante décadas. Además, el camino será la competitividad.