Dicen que el Mundial mata todo lo demás.
Pero el balde de agua helada que cayó el martes nos despertó de un sueño, de un relato imaginario. Estábamos pensando en la final y recibimos un cachetazo el primer día.
¿Qué pasó? Que los analistas pasaron del exitismo al pesimismo en segundos. Típico, un día sos héroe y al día siguiente culpable, de lo peor.
Massa en ese sentido siente lo mismo. Trata de vender un relato que hace agua por todas partes. “Soy el plomero del Titanic”, dijo.
Claro, recordamos todos el martes al mediodía, después del partido seguíamos teniendo 100 % de inflación; 40 % de pobreza; 10 % de indigencia, el dólar arriba de 300.- pesos, un 43 % economía en negro, millones de planes sociales, piquetes, jubilaciones mínimas de 50.000.- pesos y la vice presidenta dos de privilegio con 6.200.000.- pesos por mes; la canasta básica 140.000.-pesos.
Massa todavía tiene reservas netas de apenas 3.500 millones de dólares. Necesita los 5.000.- de los swaps chinos y algún préstamo de organismo internacional.
Está logrando bajar el gasto como no lo pudo hacer Guzman.
En cuatro meses bajó un 16,2 % año a año. Contrasta con el comportamiento expansivo del primer semestre, una suba del 12,5 %.
Tenía razón Guzman, no estaba frenando el gasto.
¿Dónde se notan los recortes?
En el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo; Bienes y Servicios; Gastos de Capital, pero lo notable es una poda del 12,4 % en la Asignación Universal por Hijo y en Políticas Alimentarias 7,9 %.
Todo lo contrario, se registra en Gasto en Personal con una suba del 9,1 %.
Es lógico, el gobierno quiere retener la provincia de Buenos Aires y ya nombraron 47.000 personas.
Todo apunta a los mayores problemas en el 2023.
El año que viene, de enero a septiembre vencen 10 billones de pesos. El 60 % está en manos privadas. Si no se renuevan habrá que emitir.
¿La oposición va a dar un mensaje tranquilizador?
¿O decidió que es una cifra imposible de pagar y habrá un Plan Bonex?
Si es así, una corrida antes de las elecciones es inevitable.
Por eso Cristina en su discurso habla de Acuerdo Político y consenso en algunas medidas económicas.
Claro, es difícil si al mismo tiempo, haces trampa con el Consejo de la Magistratura y señala que la oposición estuvo detrás del atentado a la vice presidenta.
Si alguien alienta el odio y después pide acuerdo es complicado.
Año 2023, pensemos que demora la devaluación para no alentar la inflación.
¿El campo se va a liquidar? ¿O espera la devaluación?
¿Quién va a construir consensos en este clima?
Cristina hace todo como para que nadie coopere. Si todos polarizan y son disruptivos el año que viene va a ser un vendaval.
Los economistas de Juntos por el Cambio aseguran que de una inflación del 100 % se sale con una política de shock y un plan integral y no con medidas parciales.
El 2023 puede ser muy parecido al 1998. Todos esperaban un cambio drástico para frenar la inflación.
Hoy ¿Cómo estamos?
– No hay un plan.
– No son medidas de fondo.
– Todo esto es para bajar la fiebre.
– No habrá reformas.
– En el gobierno hablan con nostalgia de cosas que pasaron hace años.
El presente, no existe. No nos gusta.
Soñemos con el pasado.