En busca del dólar perdido.

Las encuestas se están poniendo peligrosas. Una ola de críticas y bronca no hacen diferencias. La grieta aparece entre los políticos en general y la gente.

 

¿Cómo ven a los dirigentes?  Gana la palabra corruptos con 68 % ; divididos   53 %; intolerantes 31 %; etc.

 

Para algunos – Massa -, la democracia es cara.

 

El premier chino Xi Jinping señaló: “Las democracias no se pueden sostener en el siglo XXI”. “Las autocracias gobernaran el mundo”. Le preguntan sobre las razones. “Las cosas cambian muy rápido”. “Las democracias requieren consenso y lleva tiempo, y hoy nadie tiene tiempo”. Por eso tienen el control vitalicio del poder.

 

En Argentina, una parte de la oposición y el oficialismo dicen que no queda otra que un acuerdo transversal para resolver los enormes problemas que no se arreglan mágicamente.

 

Se probó todo, la lluvia de inversiones no llegó; tampoco con la vuelta del Estado que nos iba a llenar la heladera.

 

En medio de la anestesia social que es el Mundial de Fútbol, Massa mira la economía, su situación dentro del gobierno y sus futuras aspiraciones políticas.

 

Lo único que le interesa es ganar tiempo y espacio. Todo en silencio, porque reconoce en privado que soluciones de fondo no van a venir.

 

Se conforma con que la inflación en enero esté en el 5 %.

 

El problema más grave que enfrenta en este momento no es la inflación. Hoy es el enfriamiento de la actividad económica que impone limitaciones a las importaciones. No hay dólares. Esa es la única realidad. Todo son parches circunstanciales.

 

No hay dólares para controlar los precios.

 

Hoy, dicen está muy lejos el plan de estabilización como el que pensó el viceministro, Gabriel Rubistein.

 

¿De qué se ocupa el gobierno en estos días?

 

Quiere postergar y tirar los mayores problemas hacia adelante. Se generan bombas que tendrá que desarmar el próximo gobierno. Pero algunas explosiones tienen fecha fija.

 

Uno: La concentración de vencimientos de la deuda en pesos durante la primera mitad del 2023. Tendrá que refinanciar un billón de pesos mensuales y hasta un 30 % más en los alrededores de las PASO ( en julio con vencimientos superiores a 1,8 billones). Esa concentración surgió del disenso del canje que realizó Massa.

 

El dólar soja permitió cierta tranquilidad. Pero ahora está comprometido a mediano plazo. Todavía tenemos a pesar de la lluvia una de las peores sequías de la historia.

 

Siempre recordamos en esta columna a las Leliq, que crecieron 4,2 billones, un incremento del 90 % en 10 meses y van camino a más que duplicarse en el año.  Este crecimiento hizo que hoy las Leliq superen el pasivo no remunerado (la base monetaria).

 

Esto es raro en el mundo.

 

Pero cabe recordar que sucedió en Argentina a fines de los 80. Terminamos, como todos saben, con la hiperinflación.

 

Mientras tanto, la devaluación paulatina que llega al 6,5 % mensual seguirá mientras las condiciones lo permitan. El dólar es parte de un acuerdo político de Massa con Alberto y Cristina Kirchner. La vicepresidenta le permite todo, menos una brusca devaluación.

 

La oposición mientras tanto está esperando el momento de hacerse cargo.

 

Parece la historia de los jóvenes que soñaban con ir a la Primera Guerra Mundial para ser héroes rápido. Se encontraron con el horror cuando llegaron al frente de batalla.