La brecha entre lo que ingresa a una familia y lo que necesita para vivir, sigue creciendo.
En la carrera entre la inflación, los que trabajan en negro y los que viven de subsidios pierden mucho mas que el resto. Según el Indec, una familia tipo necesita 80.000.- pesos para no ser pobre.
El Estado en lo único que piensa es en recaudar impuestos. Además quieren colocar uno, a la “renta inesperada”.
Los que tienen esa renta están en el Estado.
No dan salud, educación, infraestructura, seguridad y cobran impuestos como si lo ofrecieran.
De lo único que se ocupan es de sembrar divisiones como negocio para seguir viviendo del Estado.
No ofrecen una sola idea para atraer inversiones, leyes que permitan y faciliten la toma de gente en blanco, solo acuerdan proyectos para ver como sacan plata al sector privado.
En Argentina, la AFIP afirma que el que gana 75.000.- pesos equivale a ser rico, y suma cargas insostenibles.
La pulseada dentro del gobierno es ficticia. Existe un ganador hace mucho tiempo.
Además del PAMI y de la Anses el cristicamporismo, controla 7 de 21 ministerios que conforman el gabinete. Manejan 632.850.- millones de pesos.
En síntesis, Cristina concentra el 71 % de los recursos del presupuesto y el presidente el 23 %.
Esa es una de las razones por las cuales, nadie renuncia. Tiene que pedir permiso.
El resto del país está en otra cosa.
Si la inflación sigue como en el primer trimestre puede superar el 70 % anual. Lo peor es que está en niveles muy altos a pesar de que no está siendo empujada por subas de tarifas ni devaluaciones bruscas. Repiten todo el tiempo : “es multicausal”. Ahora bien, ¿ Cuáles son las causas?, ¿Cómo se arregla? ¿Por qué los países limítrofes no tienen ese problema?.
Ningún plan funciona sin disciplina monetaria y fiscal.
Segundo y clave, ¿Cómo anclar las expectativas?
Siempre se usó el tipo de cambio oficial. Hoy no es posible. El FMI indicó que el tipo de cambio no puede retrasarse más frente a la inflación. En marzo, se devaluó 4 % contra una inflación del 6,7 %.
Otro tema, la inercia inflacionaria. Las paritarias corren con aumentos del 55 al 75 %.
Lo peor, el año pasado tuvimos 51 % de inflación, con tarifas que subieron el 9 % y el tipo de cambio el 22 %.
Ahora no tienen espacio para un nuevo atraso.
Hoy, existen acuerdos de precios aislados, que al no estar apoyados en un programa antiinflacionario global solo sirven para poner felices a los fanáticos.
Síntesis : no tienen estrategia ni plan.
No es lo mismo luchar con una inflación del 20 – 25 % que con una del 55 – 70 %. Ahora, por experiencia se sabe que entramos en una dimensión desconocida para la población menor de 40 años.
Alguna de las dificultades, por ejemplo es gasoil, CAMMESA, administradora del Mercado Mayorista Eléctrico tuvo que pagar en 3 meses, gasoil, 1.200.- millones de dólares. Esa misma cantidad se pagó por todo el 2021.
Algo está en marcha. El conflicto interno no se aguanta más.
Después de Semana Santa se anuncian cambios.
Martin Guzman dijo que quiere seguir pero solo con los alineados.
A esta altura, se necesitan algo más que palabras.
La información indica que saldará viejas cuentas con el subsecretario de energía, Basualdo. ¿Alcanzará o habrá más cambios?
Kicillof y Feletti juntos y de la mano, se sacaron el problema de encima. Señalaron: “Nosotros no tenemos nada que ver con esto”.
En el gobierno hay un choque de dos formas de ver el mundo.
Diagnósticos diferentes, historia y líderes.
La Cámpora elogia a Putin y Alberto duda. Un día votamos a favor, otro en contra en las Naciones Unidas.
Siempre existió esa diferencia. Se unieron para ganar pero era una profecía anunciada que sería imposible gobernar.
La gente está golpeada, harta, mientras los que gobiernan se dedican al único juego que conocen, la política interna.
Alguien, como en una guerra, pide al Instituto Patria que cesen las hostilidades.
Es inútil, dicen, Alberto no escucha.