Todo es frágil.

  Tercer aumento del combustible en 30 días. Pero por otro lado se congelan los precios hasta el 31 de marzo. Los alquileres frenados por otros dos meses. Se indica a los sindicatos que el techo para paritarias es del 30 % sin cláusula gatillo. A los jubilados se les anuló la indexación por precios. Por un lado se intenta frenar la inflación que arranca con más del 4 % en enero y por otro se la alimenta con la suba del combustible. Habrá que sumar el avance del dólar oficial, un 4 % mensual. Parece contradictorio. Hay explicaciones para cada paso. Ninguno alcanza. La sensación es que se toman medidas sobre la marcha, pero no están seguras por mucho tiempo.