El gobierno de un país puede tener distintas miradas sobre la economía .
Pueden discutirse políticas cambiarias, financieras, sobre controles de precio y tarifas.
Lo que es imposible, es que se discuta la política exterior.
Es inimaginable que un embajador en la OEA, discrepe con un informe de Michelle Bachelet, diga que es sesgado y estigmatizante contra Maduro y otro en las Naciones Unidas, del mismo país lo condena por violar los derechos humanos.
Esto fue posible, en Argentina.
Incluso se le exigia al presidente de la Nación que le diera explicaciones a Maduro.
Un ex montonero me explicaba que no podían expulsar al embajador ante la OEA, porque este había recibido “luz verde”, de alguien muy importante del Poder Ejecutivo, que no es Alberto. “Los muchachos necesitaban algo para festejar”, fue la explicación.
Mientras tanto, la frase de uno de los principales dirigentes de la CGT, tuvo fuerte repercusión en la Casa de Gobierno , Hector Daer en un reportaje televisado, señaló : “Hay que volver a San Martín, Irigoyen y Perón del 74”. “Esto es lo que hay que recuperar”.
¿Cuál fue ese Perón de 1974?
En ese año, siguió apuntando a la unión de los argentinos, pero el hecho clave, fue que expulsó a los Montoneros de Plaza de Mayo y según consta en documentos, acordó su eliminación.
¿Qué quiso decir?
En la CGT, nadie quiere ser demasiado explícito, pero indagando subrayan la necesidad de que Alberto se saque de encima a Cristina, La Cámpora y el Instituto Patria.
¿Por esa razón, decidió presidir el Partido Justicialista?
¿Será el inicio de un gobierno puramente peronista?
¿Vuelve, el ni yanquis ni marxistas?
Hasta ahora, las presiones del Instituto Patria eran evidentes.
La pregunta es, ¿se puede tomar distancia, sin romper?
Mientras tanto, Martin Guzman, ante una pregunta en televisión, explicó con énfasis : ¿Bajar el gasto público? “No, nunca, en todo caso si se puede se aumenta”.
Todo bien, ahora la pregunta es, ¿Cómo se financiaría?
Uno : Nadie le presta a la Argentina
Dos : ¿Con más impuestos?. Imposible, ya que mucha gente no puede pagar los actuales.
Tres : Con emisión. Si, es la única salida.
Fabricaron 1 billón 800.000.- millones de pesos. Una parte la absorben con Leliq. Unos 500.000.- millones de pesos están en la calle y otra parte fue al dólar.
Mientras, la brecha del tipo de cambio oficial y el resto, permanece cerca del 90 % . Así cualquier política económica es imposible.
El equipo económico decidió que no habrá una devaluación brusca, porque los precios serían incontenibles.
Los cambios serán diarios y a mayor velocidad.
Saben que el déficit fiscal es muy alto. Solo quedan tres palabras : emitir, emitir y emitir.
Consideran que el problema principal es la confianza. Nadie les cree. Por eso, quieren poner en marcha el demorado “Pacto social”.
Alberto está con estos temas, y una parte del gobierno está en otro campo de batalla.
En ese lugar se desarrolla otra guerra. Es con la Justicia y la necesidad de salvar a su líder.
Al mismo tiempo se nota que la solución de los problemas se postergan. Te dicen que en lugar de gestionar, varios funcionarios se dedican a militar. Mucho voluntarismo, ideología, pero poco pragmatismo.
Las medidas se quedan a mitad de camino. No se logra bajar la brecha cambiaria.
Se ven oportunidades de negocios con este tipo de dólar, pero el ruido que meten los ultra kirchneristas les provoca temor. Proyectos inmobiliarios que podrían funcionar, se paralizan por la incertidumbre.
La única verdad es la realidad. Los pesos que sobran en la economía van al dólar, cualquiera sea el precio.
Los funcionarios, exclaman, que está muy caro para comprar.
No convencen a nadie. El peso es un material de descarte.
Ahora bien, si existen estos enfrentamientos en política exterior, que se puede esperar en la economía.