A Jano, rey legendario del Lacio, que reinó con Saturno cuando fue expulsado del Olimpo, Dios le concedió dos caras.
Menem y Alejandro Mariotto fueron sus discípulos.
El primero señaló : “Si hubiese dicho lo que haría si ganaba las elecciones, no me votaba nadie”. Mariotto fue más claro : “ Para ganar nos disfrazamos de moderados, ahora llegó el momento de mostrar lo que somos”.
Cristina en 2011, señaló, voy a corregir lo que está mal. Cuando ganó con el 53 %, expreso : “Vamos por todo”.
Quiso modificar la constitución y quedarse para siempre.
Ahora, el sector que está bebiendo de la fuente de Jano es La Cámpora. Una de las más importantes es Anabel Fernández Sagasti.
Una de las caras, analiza con los grupos sociales, la estatización de la luz, gas, agua, la creación de la Junta Nacional de Granos y de Carnes, el control de los medios como pide Zaffaroni y la expropiación de campos improductivos para poner miles de chacras.
Ahora van por la empresa Vicentin. Una jugada que descoloco el tablero político .
La otra cara de Jano se muestra amable, comprensiva. Se quejan que son estigmatizados.
A pesar de todo, ese rostro, cuando se apunta una luz fuerte sufre, se ensombrece.
Perdió una de sus figuras, Juan Cabandié, en 2018, porque pedir mayor moderación, mayor apertura y aceptar diferentes visiones dentro del espacio. Su relación con Máximo, lo salvó del ostracismo.
Jano, mientras tanto muestra la cara más amable. Lo único que mira con atención son, los lugares donde hay caja. Saben que tener dinero en Argentina otorga poder. Pami y la Anses.
Las batallas subterráneas son su fuerte.
Consideran al presidente, demasiado de centro, lejos de cambios significativos. Apuntan con mira telescópica al jefe de gabinete, Cafiero, al presidente del Banco Central, Pesce y a la ministra de Justicia. Todo en su medida y armoniosamente
El después es la clave.
Insultaron en varios idiomas a Mariotto. Lo consideran un imberbe que descubre los planes por afán de protagonismo.
“Nunca se revelan los planes en forma tan infantil”, repiten los jefes.
“Hoy no se puede hacer más que esto, pero hay que estar preparados”.
“En este momento, la clave es la plata”, apuntan.
Por eso, se quedaron con las Unidades de Atención Integral, las oficinas que el Pami, tiene en todo el país. También con el manejo de la Unidad de Gestión local de Pami.
La clave, lugares para crecer. “Hay que ir comiendo fichas de a poco y cubrir el tablero, como en el juego”.
¿Por qué apuraron le intervención de la empresa?
Dicen, la Justicia es lenta, la empresa estaba por arreglar con Cargill y Dreyfus. El gobierno no quiere que se extranjerice más el negocio. Por lo tanto, el presidente intervino la empresa. Es ilegal, porque eso le corresponde a la Justicia, pero lo que hicieron es político.
El mensaje al empresariado en general es claro. “Cuando corresponda vamos a intervenir, no importan las formas”.
Existe un problema.
Las encuestas indican que el 73 % dice que está peor que hace un año. Solo el 27,5 cree que mejorará en 2021. El 65 % cree que pese a la recesión la “inflación aumentará en los próximos meses”
Miguel Angel Broda señala que las reservas de libre disponibilidad son apenas de 4.290.- millones de dólares.
Los líderes globales van a intentar sortear la crisis con créditos e inversiones. El Banco Central Europeo volcara 700.000.- millones de euros. Les comprará su deuda a sus países a tasa 0.
Argentina no tiene inversiones ni créditos. El 45 % de la población está en negro.
Los dólares salen de los bancos.
Uruguay con nuevas leyes tratan de captar dinero de los argentinos.
En medio de este clima, Alberto Fernández, se coloca el traje venezolano, y anunció la expropiación de una de las empresas más grandes vinculadas al campo .
Se hizo lo mismo con Ciccone, Aerolíneas e YPF. Vuelven las ideas locas.
¿Qué puede salir mal?
Nada, esto está todo bajo control.
La pregunta siguiente, los cambios los hacemos ¿con Alberto o sin Alberto?