Todos los analistas internacionales, a lo largo de los siglos, señalaron que en ningún lugar del mundo, funcionó el doble comando para dirigir un país. Sobran ejemplos.
Antes de las elecciones en Argentina, Edgardo Mocca en Página 12 apuntó: “Cristina acaba de elegir a Alberto Fernández como candidato a presidente, este es un problema grave a futuro”.
En la reunión que tuvieron en Olivos, hace pocos días, que duró tres horas, no solo se habló de la pandemia y la economía, la vicepresidenta fue muy clara en un tema. Dijo : “Tu gente, habla en off de record con periodistas para darles información sobre La Cámpora, el Instituto Patria y la gente que nombro yo”. “Entre otros, el vice de Justicia Juan Martín Mena”. “Los ataques que recibe mi gente, vienen de los que te rodean”,
No fue muy sutil con las quejas, pero muestra una faceta de Alberto, no enfrenta en forma directa, lo hace de otra manera. Por eso, ella lo llama el florentino, recordando a Maquiavelo.
Ella trata de edificar en las sombras. Alberto responde indirectamente a través de su gente. Cristina lo nombró claramente, al jefe de gabinete Santiago Cafiero, al presidente del Banco Central Pesce y a la ministro de Justicia, Marcela Losardo. Guerra silenciosa y solapada.
La vicepresidenta conoce la estructura del Estado, hasta el detalle y desde allí, en posiciones estratégicas, colocó a los jóvenes. Apunta a consolidar el poder. Lo más importante se logro, es tener caja. Para eso se apropiaron de la Anses, dos billones de pesos; PAMI; YPF y Aerolíneas Argentinas.
Al principio se dedicaron a hostigar a Alberto con los “presos políticos” y después “presos liberados”. En el Instituto Patria señalan : “No es cierto que el presidente tenga el 80 % de imagen positiva, eso es por los “porteños “.
Unos apunta a resolver los problemas graves del momento, los otros al mediano y largo plazo que se definirá en 2023.
Amenazan con regular las noticias que se publican en redes sociales para evitar el fake news, noticias falsas. Las viejas fobias contra los medios, los empresarios y la clase media.
Los cacerolazos frenaron los avances.
¿Por cuánto tiempo?
El sector privado, a sus trabajadores le bajara el sueldo 25 %, para el Estado, aun sin ir a trabajar, nada. A cientos de empleados del Congreso 70.000.- pesos, por ir a sus lugares con el peligro de contagiarse. A los médicos y enfermeras, nada.
Para los empresarios, sonó la alarma. Hasta ahora estaban adormecidos por la pandemia, recesión, el cierre de fábricas y la ruptura de la cadena de pagos.
No levantaban la mirada y no sabían lo que podía suceder.
Ahora, muchos piensan que vienen por ellos.
Los más pesimistas en la UIA, ven un avance sobre todo lo privado. Observan en medios K, que la culpa de todo la tienen los empresarios .
Cierre de la economía, mayor cepo al dólar, congelar por mucho tiempo las tarifas y los precios. El otro paso inevitable, si no funciona, sería la expropiación como en la época de Hugo Chávez.
Habrá que buscar un culpable y serán ellos.
El populismo de izquierda o de derecha funciona con la misma matriz. La culpa la tiene el otro. El asunto es buscar el chivo expiatorio.
Lo hace Donald Trump, Bolsonaro y seguramente Cristina y La Cámpora. Esta historia, es muy vieja y la vivimos varias veces. Creer que tiene un resultado diferente es de ingenuos.
Cuando el dólar subía, la culpa era de Macri, ahora de los especuladores. Nada nuevo bajo el sol.
El Estado funciona así : A Alejandro Vanoli lo expulsaron de la Anses por errores graves. En una semana lo llevan a la superintendencia de Riesgos de Trabajo y una autodesignación en Edenor. Se entendió como es el juego.
Los políticos encuentran trabajo en 24 horas. El resto tarda años y debe pagar impuestos para mantenerlos.
No es tan difícil. Lo malo es que cada vez más gente se está dando cuenta que mantiene millones, como llamarlos, de privilegiados.
Cuando estos últimos oyeron largamente a los que aportan, todo se vuelve peligroso, las cacerolas acechan .
¿ Se entiende que hay límites?
Hoy hay más del 40 % de pobres. Más de 20 millones de personas.
¿Lograran entender que no se puede tirar de la soga?
¿Qué ya no hay margen?
La última, Adrián Cosentino, de la Comisión Nacional de Valores, pide a los agentes de bolsa, en nombre de La Cámpora, que le suministre los nombres de los que hicieron operaciones “contado con liquidación ”.
La compra y venta es legal.
¿Para qué quieren los nombres?
¿Se viene un Estado policial?