Vamos por la V

La clave es saber cuando la economía pega la vuelta. Los próximos meses son recesivos. Jose Luis Espert, señalo : “Esto lo tendrían que haber hecho el primer dia que llegaron al gobierno”. “Ahora no hay confianza”. Milei, expreso : “Esto puede ser, pero tendrán que olvidar los cantos de sirena de los keynesianos y populistas  que les pedirán que aflojen con un bono de fin de año y volver a los gastos por encima de la realidad”. Pero es difícil que esto pase. ¿Por qué? . El Fondo Monetario  Internacional está monitoreando la economía. Está claro que llegar al cero en el déficit fiscal y el mismo número en emisión monetaria exige un esfuerzo notable. El Financial Time asegura que este programa es bueno. La recesión será dura. La tasa al 70 % es un remedio que tiene efectos colaterales. El dólar cuando llegó a 42.- pesos, señalaron que estaba más para bajar que para subir. Habrá que ver que pasara con las presiones sociales . El descontento puede ser aprovechado por una oposición salvaje, apunta el diario financiero. “Es la única forma de apagar el incendio inflacionario”. “No ampliar la base monetaria, es la disciplina que faltaba”. “Lo fiscal ya está, faltaba la parte monetaria”. Afuera, los analistas dicen : “Por fin entendieron lo que hay que hacer”. Ahora , la pregunta clave para las elecciones del año que viene. ¿Cuándo llega la reactivación? – Si es una L, es caer y estancarse. – Si es una J, leve caída , pero larga. – Si es una V, profunda, toca fondo y rebote fuerte. Para el gobierno , lo único que los salva, es la V. Eso está claro. ¿De qué depende? Ahora, primero , estabilizar el dólar. Segundo lo fiscal y monetario. Ayuda social, para impedir movimientos extraños en diciembre. Alimentos que repartirá Caritas y los evangelistas. El resto depende del  campo : trigo, soja, maíz; economías regionales exportadoras; turismo, minería , Vaca Muerta y litio. El valor del dólar protege a la industrial local que compite con las importaciones. Soñar con la V y alejarse de la L y la J. Esa es la clave. Lograron perfeccionar un programa, conservador y monitoreado por el FMI. Se podría decir que se tercerizo el manejo de la economía. La actividad se frenará. La oposición tratará de complicarle el camino al gobierno. Todo cambio cuando el FMI decidió ponerle un cinturón de seguridad . Desde ese momento, el peronismo percibió que el gobierno finalizara su mandato. Entonces apareció la foto en la tapa de los diarios de , Sergio Massa, Schiaretti , Picchetto y Urtubey. Felipe Solá, Gioja y Moyano salieron a cruzarlos. Carta Abierta pedía al cielo por Cristina. Era claro, todos sentían que el helicóptero entraba en boxes. Había que prepararse para octubre de 2019. Todo lo que tienen que hacer, es poner  obstáculos y ganar la calle para que fracase el plan y no llegue la reactivación el año próximo. En privado, los funcionarios dicen que vamos a un cambio de modelo, que pasaría a ser abiertamente exportador. Para eso , el tipo de cambio seguirá siendo elevado. Por eso se elevarán en forma mensual, las  bandas un 3 %, hasta diciembre. Los mercados siempre seguirán corriendo el arco. Desde que cerraron las puertas del crédito apuntan ahora a que Macri debe ganar los comicios. Es fácil detectar riesgos en Argentina.  Llegó el ajuste drástico que pedían. Ahora, explican que la fuerte recesión puede provocar disturbios sociales y Macri perder las elecciones. Cambiemos  no lo hizo antes porque pensó que era un suicidio político. En poco tiempo le vimos la cara al miedo. La sequía, el precio del petróleo , tres años de depresión en Brasil y el aumento de las tasas de la Reserva Federal. Sumele todo esto a que Argentina está con las defensas bajas. Allí se terminaron las palabras. Llamamos a la ambulancia , terapia intensiva , y el médico del FMI nos pronostico varios meses de ayuno y abstinencia. En eso estamos.