No crean que es fácil.

¿En serio esta vez se van a hacer las reformas que necesita el país? Hace 50 años que se intenta y siempre los factores de poder lo abortaron.

La reforma laboral lo intentó Alfonsín en el 83: perdió en el Senado por un voto y le cayeron 13 paros generales.

De la Rúa lo intentó y, sorpresivamente, denunciaron coimas y un Plan Banelco.

Se había aprobado una privatización con un diputado que no existía, pero eso pasó igual porque había plata de por medio.

En la industria existe un lobby muy importante. Algunos prefieren siempre una devaluación antes que una reforma impositiva.

La historia demuestra que los votos no alcanzan. Nadie quiere perder privilegios, subsidios y prebendas.

Las elecciones redujeron el riesgo político, pero si alguien cree que es fácil hacer esas reformas, se equivoca.

Le van a decir que sí al principio y después vendrá la frase: “Todo bien… pero con la mía no”.