Argentina: La Máquina de Impedir

Décadas de inestabilidad jurídica y regulatoria: ¿Quién iba a venir al país a invertir más de 200 millones de dólares si pensaba que todo terminaría en un pleito en tribunales extranjeros? En las últimas décadas, Chile logró inversiones impresionantes en minería. Uruguay construyó enormes plantas de celulosa, y Brasil y Perú recibieron fuertes ingresos de capitales. En 2010, se descubrió en nuestro país el tercer reservorio de combustible no convencional, solo por detrás de EE.UU. y China. Sin embargo, continuamos importando gas y petróleo. Por otro lado, hay quienes muestran un peligro inexistente, dicen que estas inversiones no generan mucho trabajo, se llevan dólares, y las pymes no participan. La famosa “máquina de impedir” de la que hablaba Emiliano Pernia sigue vigente. Se sabe que la mayor inversión será la fábrica de gas licuado. Para esto, Pan American Energy se asoció con una firma noruega, la cual tiene la flota más grande del mundo de barcos de licuefacción, con el fin de exportar gas a gran escala desde Argentina. El futuro es el siguiente: la ley RIGI fue aprobada, pero este tipo de inversiones, que son extraordinarias, requieren más de 200 millones de dólares para hacer la planta de gas licuefactora. Durante la construcción, que llevará al menos 3-4 años, estas inversiones empezarán a generar trabajo desde el principio. Además, todos los gobernadores del norte y el sector minero apoyaron la ley porque las provincias recibirán regalías del 5%, lo que resolverá problemas financieros en algunas de ellas. Sin embargo, siempre se ha tratado de impedir estas inversiones. Ahora hay que regular, pero esto recién comienza. Ya hay voces que exclamaron que esto es un desastre. Incluso Kicillof mencionó que no entiende por qué se otorgan tantos beneficios, argumentando que las inversiones vendrían de todas formas. Pero, ¿quién iba a venir si no lo hicieron en los últimos 20-30 años? Además, Kicillof agregó que no se debería resolver todo en los tribunales de Nueva York, porque siempre se pierde allí. Esto es típico de quienes prefieren que no lleguen inversiones y acentuar la pobreza de Argentina. Sin esta ley, no crece el producto bruto interno. Todos los países limítrofes han logrado atraer inversiones. Cuando Kirchner se peleaba con Uruguay por la papelera, no solo siguió adelante, sino que ahora hay cuatro papeleras en Uruguay. Por eso, hay países que buscan el crecimiento y aprueban inversiones, y otros, como el nuestro, que prefieren que no venga nadie, y si nos morimos de hambre, nos morimos de hambre solos.