Los dirigentes radicales están totalmente divorciados de sus correligionarios. Ellos pidieron votar en blanco y la mayoría lo hizo por Milei.
Los que conducen ese partido están más cómodos en la izquierda que con la oposición. Por eso forman parte de gobiernos kirchneristas y criticaron las decisiones de Macri.
Se sienten como una socialdemocracia europea que ya no existe en ningún país.
Su gente los abandonó y votan otra cosa.
El divorcio entre la realidad actual y los sueños, los volteo otra vez.