Queda la bronca y el hastío.

Todos los días salen a humillar al presidente de la Nación. Los dardos parten del sector cristicamporismo. El último, de Sergio Berni, no lo vamos a repetir, no hace falta, se viralizó en todas las redes. Ahora, la pregunta es: ¿Qué quieren hacer?. ¿Qué pretenden? ¿Qué renuncie, que se vaya?.

En Economía, con este clima, alguien pretende que haya un mínimo de confianza, racionalidad, sensatez.

¿Quién puede planificar algo para los próximos meses?

Alejandro Catterberg, señala que Cristina conserva solo el 20 %; Juntos por el Cambio 30 % y Milei el 21 %.

La gente ya no confía en las coaliciones heterogéneas.

Se percibe, se nota mucha bronca y hastío.

En la encuesta, se señala un dato esencial, “si se unen para ganar y no tienen claro que hacer, es peor para todos”.

Antes de las elecciones, habrá que poner las cartas sobre la mesa. Especialmente en materia económica.

¿Cuánto mercado quieren y cuánto Estado?

Perciben en las encuestas un cambio de ciclo.

Los gastos subieron un 22 % del PBI en 2008, al 43 % en 2015. El sector privado no puede financiarlo.

Lo que piensan en el Instituto Patria es viejo. Aumentar las retenciones a las exportaciones, precios máximos con intervenciones, clausuras y los militantes en la calle, patrullando los estrictos controles.

Más publicidad de los precios congelados.

Cupos, retenciones, mercados federales. Ley de Góndolas, etiquetados.

Ley a nivel Federal con precios de referencia en todo el país.

Que en los precios ferozmente controlados, estén los más populares, me dicen, “con la coca adentro”.

En síntesis, una cruzada estatista.

Todos los analistas políticos que se consultan dicen lo mismo : “Es tarde para hacer una modificación chavista de la sociedad”.

El Estado cobra impuestos antes de saber si ganas o perdés.

El 75 % de los impuestos se cobran primero, sobre transacciones o algunos bienes, independientemente que haya o no ganancias.

El gobierno señala que el impuesto a las ganancias recauda poco por elusión y evasión. Pero muchos se pagan primero, antes de saber si algunos van a ganar o perder.

Diana Mondino, de la Universidad del CEMA lo resume así : “En Argentina hay impuestos por trabajar (Seguridad Social y Ganancias); por haber trabajado (retenciones y percepciones) y para trabajar (tasas, IVA).

Respecto a la recaudación de la Seguridad Social o impuesto al trabajo, son impuestos que se convierten en un ahorro forzoso y dicen que es solidario a los fines de la jubilación y Previsión Social.

En Argentina a pesar de ser muy elevados, no son suficientes y nuestro sistema previsional requiere constantemente ayuda del Tesoro (o sea otros impuestos).

Los impuestos al trabajo son equivalentes al 39 % del total de los impuestos, o sea 28 % de la recaudación total.

No hay incentivos para trabajar y producir, para ahorrar e invertir, que sean razonables y flexibles en momentos de crisis.

El cristicamporismo demostró a lo largo del periodo de Cristina y ahora de Alberto que no tienen idea como incentivar el trabajo en blanco y tampoco la producción.

El Estado para ellos es clave.

Con el tiempo, la sociedad, como en la década del 90, está percibiendo que el Estado es parte del problema y no de la solución.