“Cristina lo va a acorralar, pero no lo va a empujar”, señalan en el Instituto Patria.
En ese lugar, los cinco mayores dirigentes planean el futuro.
En primer lugar, dan por perdida la elección presidencial del 2023.
“Irán seguramente como candidatos – dicen – los tres más pro – capitalistas y occidentales que son Scioli, Manzur o Massa”. Pero lo que verdaderamente interesa es la provincia de Buenos Aires. Allí irá un candidato de Cristina.
“Una de las razones por las cuales no hay que condenar a las organizaciones sociales de izquierda es porque las vamos a necesitar para cuestionar, desgastar, socavar al gobierno que viene cuando intente las reformas”. Consideran que las movilizaciones callejeras serán imprescindibles desde el primer día. “El bastión de la provincia no se puede perder”. Miran lo que está pasando en Perú y apuntan a que hay que prepararse desde el comienzo.
Las organizaciones sociales de la izquierda que hoy escaparon al control del Movimiento Evita y Barrios de Pie, que forman parte de la estructura del Ministerio de Desarrollo Social, tienen que estar en el futuro aliados para la resistencia.
Por eso, consideran que Juan Grabois, de los Trabajadores de la Economía Popular es clave para integrar en el futuro a todos los grupos. “Nunca vamos a condenar los acampes – dicen – , son para enfrentar al próximo gobierno.
El 51 % de los planes conseguidos, corresponden a personas del territorio bonaerense.
Un dato clave, que certifica lo que comentamos. Dos de los detenidos por el ataque al Senado que Cristina interpretó como una agresión personal, primero les quitaron los planes, ya se los devolvieron.
La convivencia kirchnerista con los grupos de izquierda está también en el repudio por el acuerdo del gobierno con el FMI.
Mientras sucede todo esto, desaparece toda posible flexibilidad política. Los sectarios ganan terreno.
No hacía falta recurrir a ninguna hechicera, munida de sospechosos instrumentos de su oficio para saber qué pasaría con la inflación.
El único que aceptó ser sincero, fue un viejo colaborador de Kicillof, el economista Emmanuel Alvarez Agis.
“Dos noticias malas – nos cuenta – , la suba de precios del combustible y la inflación “. “La única buena, la exportación de alimentos”.
Los combustibles los paga el fisco. “Si no suben las tarifas lo suficiente, van a generar un problema serio, grave, que puede derivar en algo peor.
Con respecto a la inflación señaló : “Si terminamos en 50 % en el año sería un éxito”. Se toleran 10 puntos más y sería lógico.
Hace tiempo, en estas columnas explicamos que la deuda del Banco Central estaba escapando a una cifra incontrolable. Esta semana llegó a 5 billones de pesos, y paga 44 % de interés anual.
Cuando asumió Alberto era de 1,09 billones en total.
Unos 679.341.- millones en Leliq y 413.515.- millones en pesos. Por el exceso de emisión, el BCRA tuvo que absorber parte de esos pesos y creció la deuda en 28 meses. La suma en ese tiempo llegó a 4,4 billones.
El Banco Central estuvo obligado a retirar buena parte del dinero que salia a la calle.
En un intento por superar a los mejores cuentistas de la ciencia ficción el ministro de Desarrollo Territorial Jorge Ferraresi, señaló que los indicadores macroeconómicos, están dando fabulosos. Kicillof del otro lado : “Esto no da para más”.
Con respecto al blanqueo encubierto disfrazado de populismo, porque parte del 20 % en lugar del 35 % que establecen las normas actuales al aporte que deberán tributar aquellos que ingresen al programa.
Todo esto sin importar el origen de los fondos, pudiendo así blanquear dinero de la corrupción y el narcotráfico.
Pregunta : ¿Por qué no acompañan la ley de extinción de dominio que permitiría recuperar la propiedad de los bienes derivados de delitos.
Cristina ve siempre la mitad del vaso vacío o lleno según le convenga lo que quiere demostrar.
Le regala un libro al presidente para demostrar que Alfonsín fracasó porque no rechazó las exigencias del FMI. Lo mismo que hacen Alberto y Guzman.
Pero lo que se olvida es que hubo 13 paros generales que encabezó Saul Ubaldini. Los empresarios que estuvieron enfrentados con el gobierno y las 17 provincias gobernadas por el peronismo que se desbordaron en gastos.
Pequeños detalles, mientras se dirimía si llegaba Cafiero o Menem.
Un gobierno muy débil, tembloroso. Los amigos se alejan sin tratar de hacer ruido. Scioli casa un spot para presidente. Los tiempos se acortan dramáticamente.