Esta semana quedó claro que manda Cristina.
Esta decide, en economía, en relaciones internacionales, y lo intenta, en la justicia.
Mientras el ministro Guzman trataba de negociar con el FMI y el Tesoro de los Estados Unidos, la vicepresidenta quería imponer condiciones que no están en el Estatuto de ese organismo internacional.
El máximo plazo para pagar según las reglas de todos los países miembros del FMI, son 10 años. Ella quiere 20 años.
Los gestos de Guzman hacia el gobierno de Biden y a la secretaría del Tesoro, Janet Yekan fueron torpedeados por Cristina, y el Instituto Patria.
Alberto al mismo tiempo le decía al jefe del Banco Mundial que él quería acordar.
Argentina anuncia que se va del Grupo Lima y se acerca al chavismo.
Ahora se entiende, porque surgió la versión en Economía, que Martin Guzman en este viaje estaba buscando casa en las afueras de Nueva York.
Según los analistas, la deuda de nuestro país no es mayor que la de otros países en desarrollo.
El problema es que Argentina no tiene inversiones, pone limitaciones a la importación de insumos, no crece, aumentó la pobreza al 48 % de la población, no crea empleos en blanco y tampoco paga las deudas.
Al principio era la deuda con los privados y se arreglo.
Pero hoy igual hay 1.500 puntos de riesgo país.
El FMI ofrece 10 años de pago y una tasa de intereses que es solamente el
20 % de lo que cobra el mercado.
El tema principal no es la deuda, es que no crecemos.
¿Pedir ayuda a Biden?
Cristina acusó a EEUU de apoyar el golpe de 1976 y ayudar a los ingleses en la Guerra de Malvinas.
Esta semana estamos mucho más cerca de convertir a la Argentina en una Nación chavista, socialista y expropiadora.
Las caretas se van cayendo.
La economía mientras tanto :
Uno : Los índices de inflación marcan que en el primer trimestre estamos cerca del 12 %.
Dos : Esos números retrasan la recomposición de los salarios.
Tres : La cantidad de Pymes y comercios que permanecen cerrados es importante.
Cuatro : La economía se derrumbó 10 % en el 2020 pero calculan que se recuperará un 6 % este año. Todavía lejos de la normalidad.
Cinco : La presión impositiva entre el impuesto a la riqueza, la suba en ingresos brutos y el intento del ministerio de economía para subirle ganancias a las empresas, tiene en la vereda de enfrente, al mundo económico.
Seis : Fuerte cortocircuito entre el ministro, La Cámpora y el Instituto Patria. No tienen ningún punto en contacto sobre lo que habría que hacer.
Siete : Alvarez Agis disertó para 200 empresarios via zoom.
Dijo que las tarifas tienen que subir igual que la inflación para no tener que aumentar los subsidios.
Expresó que hay que cerrar con el FMI.
Apuntó a la necesidad de terminar con el “déficit fiscal”.
Todos puntos, más cercano a lo que piensa Guzman y lejos de Kicillof, el Instituto Patria y La Cámpora.
Hasta allí, era su opinión.
Pero cuando finalizó, pidió otra vez la palabra, y señaló : “Todo lo que dije es lo que piensa el presidente “. “Alberto me pidió expresamente que se los dijera”.
Ocho : Guzmán frente a la posibilidad de que se apruebe la suba del mínimo no imponible de ganancias a 150.000.- pesos, decidió buscar un financiamiento por los 45.000.- millones menos de recaudación. Por eso elevo al Congreso un proyecto para subir al 40 % el impuesto a las ganancias para empresas.
Sorpresa : Carlos Heller en el Congreso lo rechazó y lo envió de vuelta a Economía. “Esto no va a pasar”, dijo.
El país de los nueve defaults tiene problemas para decidir su liderazgo. En el exterior, las publicaciones en los diarios especializados apuntan a que nadie sabe cómo puede sobrevivir la Argentina.