Historia repetida.

Triple pulseada: dólar, tasas y elecciones clave. Algo parecido pasó en 1991. Menem mostró las cartas y fue por una economía más cercana a EE.UU., con privatizaciones y apertura. Si perdía, se terminaba todo.

Hoy, en el exterior, todos los inversores y los principales bancos lo tienen claro.

Si el gobierno saca entre 25% y 29%, está casi fuera de carrera.

Si obtiene entre 30% y 38%, le va a costar mucho hacer los cambios y estará complicado con la oposición.

Si supera el 42%, vienen las reformas: laboral, impositiva y previsional.

Todo el mercado está a la expectativa. Por eso, la tasa en pesos sigue alta: es necesaria para contener el dólar.