¿Era tan difícil entender lo que había que hacer para bajar la pobreza?
Durante décadas se intentó: precios congelados, acordados, sugeridos; subsidios en luz, gas, transporte; ayuda a través de movimientos sociales.
Eso venía acompañado de una inflación anual de más del 200 por ciento y una fabricación de billetes monumental.
Además, no existía el crédito, porque lo tomaba todo el Estado.
La pobreza entonces llegó al 52,8 por ciento de la población y al 67,3 por ciento de la población infantil.
Ahora, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica señala que la pobreza general cayó del 52,8 al 32,9 por ciento, y la infantil del 67,3 al 52,8 por ciento.
La única explicación que encuentran los sociólogos es la estabilidad del dólar y la fuerte baja de la inflación en los últimos diez meses.
Es decir, si corrías con subsidios, emisión y aumento de salarios detrás de los precios, siempre perdías.
Pero si, por primera vez en décadas, se alcanza un superávit fiscal en el primer mes de gestión, se mantiene hasta hoy, y se logra reducir el gasto público cinco puntos del PBI.
Hasta hoy, el milagro se logra.