La política y la economía tomaron caminos diferentes.
Por un lado, renuncias en el Congreso, amenazas de veto, corridas en las calles y un atentado en la Sociedad Rural.
Por el otro, el dólar cae a un valor inesperado, baja el riesgo país y sectores que piden un régimen especial para ellos.
Los países limítrofes lo habían logrado; nosotros, muy pocas veces.
Además, la inflación se mantiene controlada en alrededor del 4 % mensual, y se registra un superávit fiscal y financiero.
Parece que poner las cuentas en orden tenía un efecto tranquilizador.
Pregunta: ¿No se sabía?
Seguramente sí, pero nadie se animaba a hacerlo porque implicaba un ajuste. La política, muy pocas veces, quiso hacerlo.