Se esperaba cierta confidencialidad, pero Cristina recibió a siete dirigentes sindicales de los sectores más combativos, incluidos representantes de la Asociación Bancaria, Energía, Smata, Anses y ATE. Los arengó a combatir al gobierno y a distanciarse de los “gordos” dialoguistas. “Hay que quebrar a la CGT y arrastrar al resto a la protesta”, afirmó. “No podemos perder tiempo; el año que viene estarán en campaña electoral.”
Pidió específicamente que convocaran un paro general. “Tenemos que colocar el tema económico en primer plano”, destacó. La clave, según la expresidenta, es presionar para que se reanude el déficit fiscal, ya que esa es la única bandera que le queda al gobierno.