Todos sabemos como estaba la economía y que esto tenía que pasar. Pero nadie quería hacer el trabajo difícil, complicado, doloroso. Durante décadas se buscaron culpables: Los empresarios; el FMI; los banqueros; el campo; la guerra; la sequía y siguen las firmas.
Todos los países vecinos encontraron la solución. Acá nadie se anima por temor a la calle, la CGT y los piquetes. Era preferible seguir emitiendo plata. Lo más fácil para seguir en la eterna decadencia.
Ayer algo cambió. Toda la oposición al kirchnerismo votó unida en el senado y los dejó afuera de todas las comisiones.
Un dirigente radical lo explicó así: “La gente votó un cambio y teníamos que asegurar la gobernabilidad al margen de las diferencias ideológicas”.