Cuando desde el gobierno amenazan con el apocalipsis si no los votan.
Cuando señalan que dejarán para siempre en la Antártida a los marinos que no los votaron.
Cuando las maestras insultan a las alumnas que no apoyan al gobierno.
Cuando los sindicalistas hablan de huelgas salvajes.
Cuando este golpismo anticipado te dice que irás al infierno.
Cuando están asustadas las empresas que negocian las obras públicas con el Estado.
¿Qué es lo que está pasando?
Las sospechas son las siguientes:
Uno: la violencia verbal es para no perder sus privilegios.
Dos: la amenaza en el fondo: “No me toquen la mía”.
Tres: el mayor temor, es que habrá que buscar trabajo en la actividad pública, y no es fácil.
Por eso, desde hace un mes a muchos miles de contratados los pasan a planta permanente en distintos organismos del Estado. ¿Por qué, no se tienen fe?