Es muy difícil lograr hacer los cambios necesarios en Argentina.
No solo se oponen sutilmente o en forma violenta los grupos sociales, los sindicatos, el kirchnerismo y la izquierda. También muchos empresarios.
En la Unión Industrial Argentina, almorzó Patricia Bullrich.
Cuando hablo de la necesidad de que la industria sea competitiva, por ejemplo, la Textil. Allí, muchos se pusieron incómodos.
“La ropa esta cara en los shoppings, pero no en la calle Avellaneda o en Once”.
Hay que reconocer que hay intereses que se beneficiaron con este estado de cosas y que no quieren demasiados cambios. Están establecidos y consolidados desde hace mucho tiempo.
Esta estructura de poder se afirmó hace décadas. Crecieron los empresarios amigos del Estado. ¿Por qué creen que apareció la “causa cuadernos”? Nunca, muchos de ellos le van a perdonar a Macri, tener que ir con sus abogados a Comodoro Py. Dicen “Con Néstor esto nunca hubiese ocurrido”
¿Quién va a encarar la tarea de reformar la Argentina?
Hoy, faltan dólares; el gobierno busca adelantar ingresos y postergar deuda.
¿Terapia de shock de Bullrich o la planificación de Larreta?
Planes sociales en seguros de desempleo.
Cortar la intermediación de las organizaciones sociales.
En el Mercado Laboral, se apunta a las indemnizaciones.
En las primeras 100 horas hay que dar señales claras.
“Dinamitar el actual régimen cambiario”
¿Qué queda entonces? ¿Dolarización o convertibilidad?
No hay nada que provoque más incertidumbre que saber que van a devaluar fuerte más temprano que tarde ¿Compro o vendo? ¿Invierto o espero?
Los empresarios no tienen candidato ideal. Tratan de adivinar lo que viene. Ven solo nubarrones y tornados.
El Centro de Estudios Económicos de la UIA proyectó una caída en la actividad por demanda.
Tasas muy altas y política fiscal, contractiva.
Nadie espera que mejore la disponibilidad de dólares.
Se van a necesitar leyes que le den garantías a quienes van a venir a invertir.
Los candidatos ya eligieron a 50 abogados para frenar en los primeros días, las medidas cautelares que llegarán para impedir las reformas.
Es mejor que los debates se hagan antes de asumir, porque después no habrá tiempo para el análisis.
¿Qué pasará después de octubre?
¿El resultado, alcanzará para tranquilizar los mercados?
En la UIA señalan que eso es imposible. Habrá que suspender las vacaciones de verano.
Todo depende de los dólares que queden en el BCRA.
Las reuniones entre los principales empresarios del país se mantienen inalterables. Van técnicos del Ieral, el Instituto de la Fundación Mediterránea, que conduce Carlos Melconian.
Las reformas son políticamente difíciles de hacer.
Pero si no se hacen la productividad no va a mejorar con magia y sacando conejos de la galera como hace Sergio Massa.
Tampoco van a crecer los ingresos de la población.
Hoy son pobres, incluso los trabajadores formales.
Se sabe que esto no se arregla con pequeñas y limitadas reformas parciales, esperando una buena cosecha o un nuevo gasoducto.
Mientras el gobierno solo puede mostrar más brecha cambiaria, más inflación y más recesión.
Los datos matan el relato.
Este año el Producto Bruto por habitante será el mismo que el del año 2006.