Todos los psicólogos aceptan que el ser humano miente.
Los políticos mucho más. Pero lo más peligroso es cuando el ser humano se miente a sí mismo. Termina creyendo lo que dice.
Volvamos a la política.
¿Quién es el dueño del peronismo?
El kirchnerismo que lo tiene secuestrado, no lo va a liberar fácilmente. Tiene dinero suficiente para tentarlos y mansamente, el P.J., dice que tiene el síndrome de Estocolmo. Se enamora del secuestrador.
Ahora, ¿Quién va a elegir el candidato esta vez?
Cristina está devaluada, en silencio ve como los chicos gritan afuera con aires de rebeldía.
Ella sabe que la caja mata ideología.
Alberto no renuncia a presentarse como candidato. El problema es que no para de decir cosas sin sentido y provocativas. “Los docentes se preocupan porque pagan impuesto a las ganancias. El mínimo hoy es de 404.000 pesos por mes. ¿De qué habla cuando habla? Le contestaron que vive en otro mundo.
Alberto hoy es un obstáculo, una molestia.
Sueña con el Jardín del Edén. Insulta, grita, provoca como alguien que sabe que todo está perdido.
¿Quién va a enfrentar en la interna, los delirios de Alberto?
Hoy los liderazgos están en retirada y por eso se insiste en un fin de ciclo.
La Cámpora señala que Alberto tendrá que negociar políticas porque todos, gobernadores, intendentes, la CGT y los Movimientos Sociales quieren a alguien competitivo.
“No pueden creer que es el número 1, acá hay que discutir los lugares”.
Increíble pero real. No se habla de pobreza ni inflación, menos de indigencia. Solo tratan de salvarse para seguir viviendo del Estado. Un boleto para vivir cuatro años más.
La economía la dejan en manos de Sergio Massa. Este hace caja para financiarse a futuro.
La inflación sigue alta. Se huye de los pesos lo más rápido posible. La velocidad de circulación produce más inflación.
Hoy el dólar oficial está 40 % atrasado. Por eso para que liquiden los exportadores les ofrecen un dólar mucho más alto.
¿Qué va a pasar cuando asuma el nuevo gobierno?
En el mercado todos opinan que va a devaluar fuerte. No solo el 40 %, sino mucho más para tener un colchón a futuro.
Sucede que se va a necesitar un plan integral.
Uno: porque provocará un fogonazo inflacionario.
Dos: porque los salarios van a caer al quinto subsuelo.
Síntesis: recuperar la confianza con un plan.
Además tendrán que cortar el déficit de raíz. Solo así se podrá pagar la deuda en pesos.
Será como dejar de llenar el bote con agua.
Esperemos que el próximo gobierno, no sea una coalición de economistas.
¿Habrá disturbios?
Seguro, con los planes para cambiar de raíz la economía, reforma laboral, impositiva y financiera, tendrán mucha gente en la calle.
En el Instituto Patria señalan que la herencia es peor que en el 2015 y 2019. Primero saldrá la izquierda, algunos sectores perjudicados con los cambios y después vamos nosotros.
Consideran en serio y lo dijeron, que el próximo gobierno no durará cuatro años.
Massa descubrió en los últimos tres meses que los subsidios estaban mal.
Lo que viene es un proceso disruptivo de cambio de régimen. En Economía no puede haber tibios, hacer un acuerdo para vegetar no resiste el menor análisis.
Para muchos, el cambio disruptivo es con una audacia integral, con un rumbo.
Al mismo tiempo se necesita un cambio cultural. El empleo es la clave.