Los sucesos de esta semana le dan la razón a los principales encuestadores.
Después de las picardías, trampas parlamentarias y jugadas picarescas que muestran una imagen decadente, se confirma que la mayoría de los menores de 30 años no se sienten representados por ninguna opción política.
Están hartos, por eso desde la derecha o la izquierda surgen candidatos que atacan el sistema.
Mientras tanto, Alberto Fernandez decidió no enfrentar al cristicamporismo.
Primero, aceptar esa especie de IFE, o bono para 13 millones de personas entre los jubilados, informales y monotributistas. Esto había sido anunciado por las usinas kirchneristas a través del periodista Roberto Navarro, diez días antes que el presidente lo aceptara y Guzman se enterara.
Segundo, avanzó sobre un tema clave para Cristina. Dijo que quieren recuperar el “vínculo” con Venezuela.
Tercero, el acercamiento con el secretario de Energía, Dario Martinez, el subsecretario Federico Basualdo y el interventor de Energas, Federico Bernal. Todos referentes del área de energía, enfrentados con el ministro Guzman.
En la Casa de Gobierno, están desconcertados. Consideran que es un giro diferente al que ellos pensaban.
Los más reflexivos indican que el supuesto albertinismo nunca existió, y el presidente se dio cuenta de su debilidad para llegar entero hasta las elecciones. Nunca un presidente peronista no terminó su mandato. El no quiere ser el primero.
Después de estos acontecimientos, en los mercados consideran que el futuro de Guzman está en Estados Unidos.
Para el ministro quedan las malas noticias. La inflación, el impacto de la suba del Gas, Luz, Agua y Transporte.
Falta que se acelere el ritmo de la devaluación, las paritarias, el gas-oil y la nafta.
Un dato para tener en cuenta para el futuro. La deuda en pesos ajustada por inflación, subió el equivalente a 4.242.- millones de dólares en marzo.
Por su parte, durante los últimos doce meses, el stock de deuda bruta en situación de pago normal se incrementó por el equivalente a 40.768.- millones de dólares. Todo debido al aumento de la deuda en moneda extranjera y la deuda en moneda local.
Con relación a noviembre del 2019, cuando inició su gobierno Alberto Fernandez, la deuda en situación de pago normal aumentó por el equivalente a 62.975.- millones de dólares. En moneda extranjera 8.631.- millones y en pesos el equivalente a 54.348.- millones de dólares. La mayoría de los pesos son ajustados por inflación.
La deuda pública nacional no incluye las de las Provincias, ni la del Banco Central.
Mientras tanto, las consultoras muestran que la economía se desaceleró en marzo, con una tasa de expansión del 3,7 %, lejos del 9 % de los primeros dos meses.
Las tasas siguieron subiendo pero el BCRA señaló que por sí sola, no será suficiente para reducir la inflación.
Otra derrota de Guzman.
Después de dos años de gestión, a partir de junio se aplicaría la esperada segmentación de tarifas. Pero no se hará como quería el ministro por ingresos. Se realizará como quiere La Cámpora por lugar geográfico de residencia y características de la propiedad. No tendrá precisión y habrá muchos juicios.
Pero lo quieren hacer así, para que sea más rápido, sin necesidad de acceder a la base de ingresos de la AFIP.
Mientras se debate una interna, que ya tiene como ganadora a Cristina, el mundo tiene desafíos que los encuentra inermes. Las consecuencias de la invasión a Ucrania, se siente en los precios de la energía y de los alimentos.
La suba de tarifas en muchos países fue la mecha que incendió el combustible y generó reacciones sociales en la región.
Aquí, las encuestas muestran que el pesimismo sobre lo que viene, alcanza al 80 %.
Alguna vez, se definió a la democracia como la creencia de que todos tendrán alguna oportunidad en el futuro.
La crisis, el hartazgo de la sociedad argentina está abonando el terreno para que las autocracias destruyan en nombre del pueblo toda autoridad.
Alberto está perdido en un laberinto. Percibió que no tiene gente para intentar independizarse. Los dos años que faltan son una enormidad.
Decidió en estos días como continuar este gobierno. En ese momento se abrazó a Cristina. Lo que no se sabe es si ella lo perdonará.
Tenía que darle solvencia a un gobierno que no la tiene.
Hay que olvidarse de cualquier gesto de autoridad. Considero que Cristina tiene bastantes problemas en el Poder Judicial para agregarle otra preocupación.
El Gobierno es de Alberto y los fracasos son todos suyos.
Atado al mástil, en medio de una tormenta perfecta, levantó la bandera blanca.
Le avisaron que la banda y el bastón no significan nada.
El plan económico de Cristina es simple : “La inflación no importa, hay que poner plata en el bolsillo de la gente “.
No le interesa el FMI.
Venezuela hace años hizo eso, y la inflación terminó en el 1.000 %. Ahora, están haciendo todo lo contrario con 70 % de pobres.
Eso sí, Maduro en el poder para siempre porque tiene el ejército. Aca fallo. Milani no llegó a tiempo.