El 14 de noviembre asistiremos a un gran acontecimiento sociológico.
Ese día, millones de personas decidirán si modifican su inasistencia de las PASO, y concurren a votar, o cambian su voto por dinero.
El gobierno, haciendo gala de un enorme pragmatismo decidió : “No te logro convencer”, no me crees”,” vivis peor”, “te menti con la cuarentena, bueno entonces, ¿Cuánto vale tu voto?”.
Para ganar, se intenta un soborno masivo a la sociedad.
En principio es bastante degradante.
La realidad es que en esa fecha, sabremos si Argentina tiene futuro o todo fue un espejismo.
¿Cuántos aceptaran el soborno?
Allí está la clave.
Brasil, Uruguay y Paraguay nos recomiendan salir del Mercosur, dos o tres años, para que ellos puedan hacer negocios con el resto del mundo. Sugieren que hagamos terapia.
El periódico británico Financial Times dedicó una editorial a la Argentina.
Titulo : “Argentina se arriesga a repetir sus problemas económicos”.
La predicción sobre lo que se supone que nos va a pasar no es positiva.
Hicimos una pequeña encuesta, entre diez economistas para saber su opinión sobre la enorme deuda de las Leliq.
Todos dijeron lo mismo : “Se viene un plan Bonex”.
Significa que a los bancos le darían un título por uno o dos años por la deuda de corto plazo. Le dejarían el “muerto” al gobierno que llegue en el 2023.
El Tesoro le pide cada vez más emisión al Banco Central.
Se imprimieron 100.000.- millones desde las PASO y en el año acumula un billón de pesos.
Todos esperaban la aceleración en la fabricación de billetes.
Pero el problema mayor es la debilidad del ministro de economía, Martin Guzman. En una reunión en el Instituto Patria, Maximo Kirchner y Sergio Massa pidieron la renuncia. Contuvo el avance Cristina, ¿Por qué?
Falta un mes y medio para las elecciones, y la presunta derrota debe tener un culpable. En este caso el ministro de economía.
En un resumen de daños después de las elecciones, se suman :
Uno : La carta de Cristina donde aniquila a Alberto y a Guzman.
Dos : Las reuniones de todos los kirchneristas para presionar los cambios.
Tres : La llegada de peronistas históricos, antiabortistas y que fueron derrotados muchas veces.
Jaime Duran Barba, lo definió así, “Cuando se produce un incendio en el cine, más gente muere por salir corriendo que quemada”. “En lugar de mejorar las cosas hacen todo para provocar más daño”.
Los que no creen en la resurrección del gobierno, – que son mayoría -, señalan que estamos en los estertores de aquella Argentina rica que tenía mucho para distribuir. Tuvo su momento de auge a principios del siglo XX y terminó en 1955.
Por momentos la crisis se agudizó, y el historiador Jorge Ossona la definió así : “ Se abrió , entonces, un conflicto distributivo cuyo conjuro autoritario no pudo ocultar su síntoma inevitable : la inflación.
La fe en el discurso peronista permanecía inconmovible.
Aumentó el precio de lo que exportamos.
Pero la distribución no cayó en los trabajadores en blanco.
Si, hacia los que estaban en negro y fuera del sistema.
El viejo discurso empezó a disolverse en ácido. El peronismo en sus variantes no encontraba soluciones. En las últimas PASO gano el silencio de una abstención masiva que aniquiló cualquier excusa.
No hubo medios hegemónicos. Hubo hartazgo.
Los nuevos dirigentes que llegaron al poder pertenecen al nuevo conservadurismo reaccionario.
Todo demasiado viejo, antiguo, medieval
Del otro lado los jóvenes de 35 años. Tocados por la revolución tecnológica. Alejados de las prácticas políticas degradantes. La disyuntiva, o cambiamos o emigramos.
El futuro posible, no admite demoras.
Las reformas no se pueden seguir demorando.
La vieja política no lo entendió y los jóvenes le extienden el certificado de defunción.