El Oscar es un espectáculo que queremos ver. Nos interesa, la mejor película, el director, el mejor actor y la actriz. Además todo lo que rodea.
Perdemos de vista otros premios que no nos parecen tan interesantes.
Por ejemplo : maquillaje y efectos especiales.
En Argentina, en estos meses, es el premio mayor.
El gobierno comenzó una especie de metamorfosis. “Hay que ponerse en la piel de cordero si queremos ganar”, señaló un consultor del Frente de Todos.
De pronto, se arreglo con Pfizer, se le paga al FMI y todos los jóvenes a clases presenciales.
De un lado la herencia de Macri. Después de la pandemia. “Nosotros hicimos todo bien”.
Está prohibido hablar de expropiaciones, cepos y avance sobre la propiedad privada. Aparece la famosa y nunca ponderada “herencia recibida”.
La uso Menem, De la Rúa, Duhalde, Nestor, Macri y ahora Cristina. Macri heredó 7 puntos de déficit y lo quiso resolver con gradualismo. Esa palabra es inútil en Argentina, si no se hace todo el trabajo sucio en los primeros seis meses, después es imposible.
Cristina le pidió a la oposición que diga cómo pagar la deuda. Cada vez que Guzman se acercaba al FMI, desde su oficina la vicepresidenta le ponía una nueva dificultad. Hasta que llegan las elecciones y con los DEG que irían a la pandemia, se le pagan los intereses al FMI y al Club de París.
Lo que nunca figuró en la agenda del gobierno es un plan. Para el ministro era el presupuesto. Pero este marcaba una inflación del 29 % para todo el año, y llegamos a esa cifra en estos siete meses.
Pudieron ponerse la ropa del cordero cuando vendieron la moderación de Alberto. Ahora eso es imposible.
Cristina dijo : “Es la última oportunidad como país si no encontramos una solución conjunta”. ¿Por qué?. ¿Qué sabe que nosotros no conocemos?.¿Que está dispuesta a hacer si no vamos todos juntos?. ¿Desde cuando ella estuvo alguna vez dispuesta a dialogar en serio con la oposición?. Se olvidó del “vamos por todo”.
Peor, si pierde y no hay consenso ¿ve peligrar su libertad?.
¿Tiene algún futuro para ofrecer?
Demasiadas preguntas sin respuesta.
En mayo Oscar Parrilli pidió que los Derechos Especiales de Giro, que entregará a la Argentina el FMI, unos 4.350.- millones de dólares, se usen para la pandemia. Lo mismo hicieron los militantes con la carta del 25 de mayo.
Ahora, con parte de ese dinero, 1.880.-millones se le pagará al FMI y no habrá default. Lo mismo harán con el Club de París.
¿Qué cambió?
El escenario electoral.
Cristina en su discurso fue clara : “Los liberales apoyaron a Menem y Cavallo”, “Háganse cargo”.
Se olvidó que en 1993, Nestor Kirchner lo calificó así en su discurso : “Estamos frente al mejor presidente que tuvo la Argentina, Carlos Menem”. El peronismo aprobó en el Congreso todas las privatizaciones. Cavallo asesoró a Nestor y le recomendó que sacara los dólares de las regalías de petroleras al exterior. Unos 600.- millones de dólares. Le recomendó al agente de Bolsa, Aldo Ducler.
¿A quién le habla la vicepresidenta?
A los jóvenes que no conocen la historia. Es asi de simple. Mucha ciencia ficción, relato tergiversado, chicanas, mientras suman la cantidad de pobres e indigentes.
Pero el problema mayor que enfrenta el gobierno, no es ni la herencia, ni la deuda, ni la pandemia. Es la falta de credibilidad.
Guzman le dijo al presidente : “Tranquilo, tengo al dólar bajo control”. Lo único que logro, es que Alberto tenga insomnio.
Llega un momento en la historia, que para que te crean tenes que dar un giro de 180 grados.
Menem, desorientado, reunió a Cavallo en 1991. Alfonsín a Sourrouille en 1985. Aparecieron los planes, convertibilidad y Austral, respectivamente. Allí, cambiaron las expectativas y ganan las elecciones.
Ahora, todo funciona al revés. Hay parálisis operativa, iniciativas individuales y respuestas sacadas de algún programa de humor.
Pérdida de reputación y confianza.
El presidente piensa que todos lo miran como un símbolo de debilidad, frente a Cristina.
Desde ese momento, en sus discursos, comenzó a pegar con el puño en la mesa.
Toda la meta del gobierno, son dos meses. Después, el diluvio.