Militantes de la pobreza.

¿Se puede en política volver de la traición?

Por supuesto que sí, hay cientos de casos, que con el tiempo todos regresan pidiendo perdón.

¿Se puede volver de las contradicciones?. Un día dicen una cosa, otro, todo lo contrario.

Miles de casos, primero lo condenan a otro por corrupto y años después lo abrazan emocionados.

Ahora. ¿Se puede volver del ridículo, la burla por errores grotescos?

No, es imposible. Hubo casos y nadie regresó. Quedan marcados para siempre por el humor sarcástico.

Ahora bien, ¿Qué cambió en Argentina?

Cuando había 150 muertos diarios se cerraron las clases presenciales, ahora que hay 600, se abren.

Sucede que no asusta el virus. Ahora son las encuestas.

En Buenos Aires, los padres, desde hace más de un año tienen a los chicos y jóvenes en la casa. Hay varios inconvenientes, entre ellos que uno tiene que quedarse a cuidarlos y se pierden ingresos necesarios en medio de la pobreza.

Las encuestas estaban marcando una paridad en el conurbano sorpresiva y alarmante. Incluso, una del Instituto Patria, le mostraba una derrota de cuatro puntos.

Por eso, el giro de 180°. La orden vino de allí.

En estos tres meses se apunta a :

Uno : no cobrar impuestos de forma compulsiva.

Dos : Devolver lo que corresponde por la suba del mínimo no imponible.

Tres : Romper el techo de las paritarias del 30 al 40 %.

Cuatro : Congelar el dólar.

Cinco : Tarifas con aumentos del 7 y 9 %.

Seis : Precios fijos en 70 productos.

Guzman ordenó todos los números los primeros cinco meses, ahora se vuelan billetes a la calle.

Con el dólar no esperen una crisis en el corto plazo. El BCRA tiene alrededor de 7.000.- millones de dólares. El cepo se mantiene. Consideran que hoy no hay un gran atraso cambiario.

Los más perjudicados son los jubilados. Perdieron en 2 años, 15 % frente a la inflación.

Están pensando en un bono fijo, antes de las elecciones.

Las obras públicas menores, van casi todas a la provincia de Buenos Aires. La orden es cuidar nuestra clientela del conurbano. Recibirá 205.000.- millones de pesos, de un total en todo el país de 483.000.- millones. Es decir recibirá el 43 % y el restante 67 % se repartirá entre 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires.

Para dar un ejemplo de lo que está pasando, una anécdota basta.

Los delegados del Congreso fueron a ver a Cristina y le explicaron que pedirán el 35 % de aumento en sus haberes. Para su sorpresa la vicepresidenta dijo : “Pidan 40 % no 35 %. Ella rompió el techo de las paritarias que estaban entre el 30 y 35 %.

¿No importa la inflación?

En el Instituto Patria aseguran que no . ¿Por qué la aman?

Porque la inflación diluye salarios, también paritarias, jubilaciones.

Es una forma de bajar el déficit, hacer un ajuste sin que se note.

Además, la inflación genera más impuestos inflacionarios, se recauda más por IVA, licua la deuda pública del Tesoro y la del Banco Central.

Pero surgió un problema a futuro.

Alberto en una inauguración, señaló en la provincia. “Observó algunos campos sin producir”. “Quieren que los hereden sus hijos”. “Pero sería mejor que estuvieran en manos de las personas que los siembran y tengan una casa para criar su familia”. Hubo dos casos, Santa Fe y Chaco de invasión de terrenos, dirigidos por militantes.

En el Concejo Deliberante de Avellaneda se indicó : “Para los dueños de terrenos vacíos, o los que tiene edificios a medio terminar, les damos plazos de 8 años, para que los utilicen en forma productiva, sino serán expropiados”.

Es decir, una ordenanza municipal atentando contra la propiedad privada, que tiene el respaldo de la Constitución.

Esto es parte de los que están contra la meritocracia.

¿De dónde viene?

Del populismo jesuita de los siglos XVII y XVIII en Paraguay. Allí las misiones pretendían “ahuyentar al egoísmo de corazón de los hombres”.

Querían hacer desaparecer las diversidades individuales, para formar una raza homogénea”. “Conducción corporativa”.

¿El enemigo?

El dinero. Para salvar almas y cuerpos. Extirpar la hierba mala del egoísmo y nivelar las condiciones de cada uno.

Las misiones “prohibieron la propiedad privada, según ellos porque es la madre de todos los pecados”.

“Abolir la concupiscencia, borrada la competencia para destacarse, las almas puras podían volar ligeras al reino de los cielos. Moneda y comercio privado fueron limitados.

Trabajo y vivienda comunitaria.

Ese populismo jesuita abraza el presidente cuando dice que habría que terminar con la meritocracia.