Biocombustibles y medio ambiente.

Nota de Juan Carlos Sanchez Arnau.

El régimen actual de apoyo impositivo y obligatoriedad de uso de etanol en nafta y de biocombustible en el gas oil expira en el mes de mayo. El Gobierno ha propuesto extender un régimen que ha permitido el surgimiento de 37 plantas y que genera exportaciones por unos 1.200 millones de dólares. Se ha estimado que el costo fiscal de este régimen a lo largo de los 15 años en que ha estado vigente ha sido del orden de los USD 6.000.- millones y que se perdieron de explotar unos USD 1.400.- por exportaciones de soja que fueron utilizados como insumo para producir el biodiesel. El etanol es producido fundamentalmente en Tucuman y a partir de caña de azúcar. Atento la grave situación económica y social que vive la provincia, sería deseable no alterar dicho régimen para el etanol. En cambio, respecto del biodiesel son cada vez más las voces que ponen en duda que la cantidad de emisiones de CO2 que se ahorran utilizando ese combustible sean mayores que las que genera la producción intensiva de soja necesaria para producirlo. Por ello sería conveniente que el nuevo régimen estableciera, después de un periodo razonable, la obligatoriedad de utilizar otras materias primas, esencialmente aceite de colza, que se puede producir en tierras no tan valiosas como aquellas que se dedican a la soja, o de Jatropha Curcas, que podría producirse en tierras no aptas para el cultivo. Sin embargo, este no es el tema bajo discusión en la Cámara de Diputados, que tiene ante sí un proyecto de extensión del régimen ya aprobado por el Senado. La novedad es que por iniciativa de Maximo Kirchner se propone bajar el contenido obligatorio de biocombustibles en la nafta y el gas oil. Una de las razones de esta propuesta sería bajar el precio de los combustibles, dado que el agregado de biocombustibles y de etanol los hace más caro. El otro, incrementar los ingresos de YPF.