Están vendiendo él oro.

¿Quién tiene la culpa del desastre económico del año? Hay dos acusados, es la pandemia o la cuarentena. Vayamos a los hechos. En  abril y mayo,  la economía  tiene una  caída histórica  del 26,5 y  23,3 %, respectivamente. Casos extremos como la construcción con un parate de más del 80 %. Cierran restaurantes, teatros, cines, parrillas, negocios, shopping, no se puede viajar en el transporte público, los bancos cerrados. En esos meses la cantidad de infectados estaba alrededor de 400 en marzo y 4.000 en abril. En septiembre y octubre se abre casi todo. La economía rebota alrededor del 15 %. Apertura de negocios, restaurantes, bares. El movimiento en las calles es casi normal. En esos meses la cantidad de infectados está por encima de las 14.000 personas. El juez frente a los hechos declaró culpable a la cuarentena. Ahora, la batalla es otra. El salario que quedó postergado. Según el Indec, el ingreso real contra la inflación lleva 31 meses seguidos en baja. En los días donde la mayoría se aisló, la inflación fue baja. Ahora, que casi todos salieron a la calle levanto muy fuerte y está alrededor del 4 % mensual. ¿Por qué se frenó en parte el rebote? Los ingresos quedaron atrasados. La cuarentena obligó a ahorrar y por falta de actividad lo que pasó no es gratis. En los últimos dos años el salario promedio cayó 17 %. No se puede despedir pero no se toma gente. Las personas tendrán que elegir : vacaciones o arreglo mi casa; bajo las deudas o compro ahora 12; volver a comprar ropa o espero.   Igual, todo te lo hacen difícil. Desde que llegó este gobierno, se crearon o aumentaron 14 impuestos. Hay más presión fiscal en medio de la recesión, mayor desocupación y pobreza. Desde abril de 2018, la clase media comenzó a caer. Pero la declinación empezó en 2011. Tres días después de ganar con el 54 % de los votos Cristina puso el cepo. Esa fue la señal. Desde ese momento se inclinó la cancha. No había más dólares. La fiesta se había terminado. Nicolás Maquiavelo señala que el rey no debe mostrar debilidad. Tampoco resignarse ante la adversidad. Los vaivenes, las marchas y contramarchas y las dudas deben alejarse. El rey se ve rodeado por gente que lo desafía. No tiene gestión, ni conducción, ni audacia. En el plano futbolístico podríamos señalarlo, como que es un equipo que solo aspira a perder por poco. Entonces, aparece la crisis de confianza. Nadie en el barco se atreve a decir cual es el rumbo y el puerto de llegada. Una integrante de ese poder, se encierra en el camarote y solo recibe a sus leales. Así es muy difícil. Todo lo debe explicar, el número uno y su ministro de economía. Este le da reportajes a los que lo cuestionan desde la izquierda. Allí, frente al Instituto Patria ensaya los movimientos que tiene que hacer con el FMI. Casi pide perdón por lo que tiene que hacer. Los disuade: “Sin acuerdo con el FMI seriamos parias en el mundo”. “Tengo que hacer un fuerte ajuste, impopular, necesito que este grupo no me tire piedras”, agregó a los íntimos. El poder no se goza, se padece. Funcionarios, sin ganas de explicar lo inexplicable, deambulan como zombis por los despachos. Maquiavelo, ofrecía en su título “El príncipe”, las razones por las cuales, no se debe mostrar debilidad. En el fondo sin conocerlo, seguramente se refería a De la Rúa. Pero en este caso, el peronismo no se va a suicidar. Nada pasara en la calle. ¿Por qué?. Porque se juegan el poder y la chequera, no están dispuestos a arriesgarlo. Síntesis en pocas líneas. Uno : Se calma el dólar tres semana y quieren volver a gastar. Dos : La CGT le sacó a Alberto la promesa que habrá ATP para Pymes y comercios. El plan de Guzman con el FMI dice todo lo contrario. Tres : ¿Podrá el ministro aumentar tarifas en un año electoral? Cuatro : Los importadores presionan y el BCRA pierde dólares. Cinco : ¿De dónde salen? Seis : Aunque no lo digan, están vendiendo oro. Por eso están presionando a los exportadores. Liquiden o los sacamos del registro oficial. No van a poder vender ni carne ni soja. Perdón, creo que esto no se podía decir.