Se reincorporo a la Argentina a la categoría de mercado emergente.
Había dudas , el lunes , bajo fuerte la Bolsa, trascendieron otras informaciones y el martes rebotó fuerte.
La nueva ley de mercado de capitales fue clave. Recién a mediados del año que viene la modificación entra en vigencia.
Unos 5.000.- millones de dólares podrían dirigirse a compañías que cotizan en el país y también en Nueva York.
Es una forma de recuperar la confianza y mejorar el riesgo país.
Al mismo tiempo el FMI aprobó el apoyo a la Argentina. El domingo en Clarín con título muy destacado se indicaba que nuestro país quedaba, afuera. La nota firmada era de Ignacio Miri. Las acciones el lunes cayeron hasta 15 %, aca y en Nueva York. Entre martes y jueves subieron 20 %.
Mucha gente perdió millones y está enojada.
¿Lo “operaron” a Miri?
En marzo , durante una reunión que se realizó en Buenos Aires, en el domicilio de Dujovne, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde señaló la posibilidad de una suba de tasas en Estados Unidos. “El dólar estará más firme y sufrirán las monedas de otros países”. Allí se supo que el crédito estaría más caro.
Todos los presentes ese día – había varios economistas- ,dijeron que el precio del dólar estaba muy atrasado. Lagarde expresó que lo mejor era liberarlo y que buscará su precio.
Los economistas en esa reunión, desde ese momento sabían que la devaluación llegaría en los próximos meses.
Abrieron las compuertas . Lo dejaron fluir y llegó una devaluación de más del 50 % en seis meses. Los que estaban en esa reunión y eran directores de Fondos, se encolumnan rápidamente para cambiar y pasarse a dólares , antes que el resto. El 25 de abril , la corrida fue muy fuerte. Ya era conocido por todo el mercado, que al billete lo dejarían volar.
Otra vez, como siempre, el ajuste en Argentina se hacía a través del tipo de cambio.
Ahora venía la parte más difícil. Desatar las fuerzas del mercado es sencillo. Lo más difícil es frenarlas. Tenían que demostrar que eran capaces de cerrar las compuertas. Allí llegó Luis Caputo para tomar una serie de medidas que contuvieron la estampida. En 2001, un economista de Duhalde , Oscar Cuattromo cuando salieron de la convertibilidad me dijo : “el dólar a 1,80 esta bien”. Le pregunté; ¿lo pueden parar a 1,80”? No tenían reservas, y subió a 2, 3, 4 pesos y no siguió escalando porque la gente no tenía pesos por el corralito.
Federico Sturzenegger quería un dolar techo a 25. No lo dejaron. No era ese el precio que se pacto con el FMI.
En conversaciones privadas, Caputo le puso al billete un techo y un piso. Es el mismo que aprobó el FMI. Es sencillo, no hay que dejarlo que vuelva a 25, ni tampoco que supere 32.-
Todos sabían que el gradualismo está muerto . Eso si, no habrá más tarifazos. Quedarán un tercio de subsidios .
Solicitar préstamos al FMI es una forma de reemplazar al acreedor escéptico por otro más amigable y no tan costoso,
Esta claro entonces , el tipo de cambio deberá flotar . Habrá recesión y mayor inflación . La lucha para frenar los precios se archivó y podría llegar a superar el 30 % anual.
La clave, el ajuste fiscal y mejorar las exportaciones por la devaluación. Habrá menos importaciones.
Se sentirá el impacto en la actividad. La economía estará sobre ajustada.
La clave es lo que planteo Melconian en una de sus charlas : “Habrá que terminar con el déficit comercial y exportar más “. En eso coincidieron todos los radicales que estaban muy preocupados.
Debemos reconocer que la fuerte devaluación del peso mejorará la competitividad. Tendrá repercusión en el comercio exterior. Pero las exportaciones representan un 10 % del PBI. La mayor parte es el consumo interno.
El aumento de costos hizo que muchas empresas dejaran de tomar gente e invertir. Además hay que sumarle el ajuste en el sector público y habrá una pérdida de poder adquisitivo del salario.
¿Quién toma las decisiones?
No hay uno por encima del resto. Todos opinan . Cuando se reúnen , hacen terapia de grupo. Descargan ansiedades. Dujovne y Caputo están en el mismo nivel.
Preocupados , Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se integran a la mesa con Peña y Lopetegui. No hay ni un Sourrouille, ni un Cavallo, ni un Lavagna. ¿Eso es bueno o es malo?
En Argentina definitivamente es malo. No funciona.
Si todos deciden, nadie decide. Se discute demasiado y cuando salen las medidas están descafeinadas.
Una sensación de alivio se vivió hacia el fin de semana.
Nos subían de categoría , Hugo Moyano arregló su paritaria y llegaban los dólares del FMI. Se alinearon los planetas.
Los enemigos del gobierno vivieron todo como una derrota.